Caracas, 05 de septiembre de 2021. “Las sanciones internacionales per se, no son suficientes para salir de la dictadura; sin movilizaciones internas, no habrá cambios en Venezuela”. Fernado E. Cardozo, ex Presidente de Brasil.
¿Se puede salir de una dictadura mediante un proceso electoral? Si, se puede. Sé, de tres casos de recientes acontecimientos que así lo registran en la historia contemporánea mundial. El proceso chileno, el polaco y el sudafricano. Una dictadura clásica y feroz como la de Pinochet en Chile, un régimen comunista satélite de la URSS ocupando Polonia y el rancio nazismo racista del apartheid Sudafricano. En Chile, se conjugaron la resistencia social, la coalición política, la presión internacional y las contradicciones internas del régimen. En Polonia, alinearon el descontento popular, la decadencia imperial comunista de la URSS, la presión internacional impulsada por el papa polaco Juan Pablo II y la determinación organizativa interna del sindicato clandestino Solidaridad. En Sudáfrica, hicieron sinergia la gigantesca figura de uno de los presos políticos más emblemáticos de todos los tiempos, Nelson Mandela, la presión internacional, la agitación interna de un país en rebeldía y la conducción asertiva del Congreso Nacional Africano en permanente legitimación.
Cito estos tres ejemplos mundiales para recrearlos intencionalmente en nuestro escenario nacional, en el marco de las elecciones regionales del venidero 21 de noviembre, para que sirva éste de contexto a propósito de retomar la lucha electoral, pacífica, constitucional y democrática; permitiéndonos así salir de la inercia desesperanzadora y derrotada del abstencionismo, sobrevolar por encima de las cúpulas hegemónicas que pregonan exclusión y vetos mutuos, junto a sus comodines de turno o anillos periféricos, como se denominan. Venciendo los mantras mágicos sin GPS, que delegan en terceros, las tareas medulares, mientras excluyen al pueblo de funciones. La ceguera política o mezquinos intereses dejan al descubierto la falta de respuesta oportuna a una interrogante latente; en el mejor de los escenarios para la oposición, la legítima Asamblea Nacional y por ende, la presidencia interina de Guaidó, vencería el 4 de enero del 2022 y cabe destacar ¿y después qué? La respuesta es un largo pero ruidoso silencio, hasta que algún incauto diga, “después te digo”.
Ese no es nuestro caso en Guayana, dado que desde el 19 de Abril del año en curso instrumentamos una ruta por la libertad, con carácter disruptivo con todos los paradigmas antes expuestos.
En consecuencia, (1) Participar en las regionales dándoles el valor agregado de plebiscitarias. (2) Capitalizar todas nuestras fuerzas, internas o externas sin excepción, veto o exclusión, ejerciendo cada quién su rol. (3) Promover con urgencia, unir, movilizar y organizar a los ciudadanos. (4) Convertir el músculo electoral de los partidos, operados desde los centros de votación, en una fuerza social para acompañar a la gente en sus luchas cotidianas. (5) Promover con fuerza, el “Cambio de Modelo”, no se trata de competencias ególatras o narcisistas, del tipo quítate tu, para ponerme yo. El cambio implica una visión mucho más compleja; no un simple sustituir a Maduro por Guaidó, sino de pasar del Estado empresario al Estado promotor de nuevas economías, con nuevos emprendedores, ajenos al cazarentismo. Es menos centralismo, más descentralización. Es acabar con el populismo clientelar y promover el trabajo decente. (6) Obtenidos los resultados electorales del 21N, cualquiera sean estos, pasar a la siguiente fase, legitimados mediante votación popular, los demócratas debemos constituirnos en convención, para instrumentar un centro de dirección política nacional que elabore las nuevas estrategias de lucha. (7) Pasar al referéndum revocatorio, para jamás perder la iniciativa. (8) Promover un instrumento de lucha electoral paragua, que genere confianza. (9) Organizar unas primarias presidenciales para la escogencia de un solo candidato, sin vetados, ni excluidos. (10) Acudir con fuerza a las elecciones presidenciales previstas en la constitución. Esto es lo que estamos proponiendo desde Guayana Libre para toda Venezuela, conscientes de los obstáculos que conspiran contra ello, por múltiples razones, pero sin rendirnos.
*Punto de Corte no se hace responsable de las opiniones expresadas por sus autores, quedando entendido que son responsabilidad de sus autores
Lee también en Punto de Corte:
Síguenos a través de nuestras redes sociales: Twitter, Instagram, Facebook y YouTube
1 comentario
[…] (Opinión) Votar en tiempos de tiranía. Por Américo De Grazia […]