Caracas 27 de julio de 2021. En 2019 Italo Ferreira iba a Japón para clasificar para los JJOO. Le robaron el pasaporte y no pudo volar. Su nuevo vuelo se retrasó por un tifón. Llegó a la playa con su prueba empezada y solo tenía 9 minutos para clasificar. Surfeó en vaqueros. Clasificó. Hoy ha ganado el Oro.
Era septiembre de 2019. Italo viajaba desde Santa Mónica (EEUU) a Miyazaki (Japón) para el Mundial ISA, prueba de clasificación a los JJOO. Cuando iba al aeropuerto, se encontró con que alguien había roto la ventana de su coche y le habían robado varios documentos personales.
Entre ellos, el pasaporte y el visado para acceder a Japón por motivos laborales. En sus redes sociales, Italo pidió por favor a quien le había robado, le devolviera ambos documentos, que pasaban a ser cruciales para él debido al poco margen de tiempo que tenía. Sin éxito.
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Italo comenzó entonces un carrusel de llamadas, papeleo, burocracia y entrevistas con personal de la embajada estadounidense en Japón. Horas perdidas cuando lo que menos tenía era precisamente tiempo. Al fin, consiguió un vuelo, pero más problemas iban a venir.
Un tifón llegaba a Japón y retrasó su embarque y la salida de su avión. Pasó casi 24h en el aeropuerto. Pasaban las horas, miraba el reloj, era imposible que llegara al evento. Iba a perder toda opción de participar. Al fin, aterrizó en Japón, casi 1 semana después de lo previsto
Llegó a Japón, ‘se olvidó’ de las maletas en el aeropuerto y corrió a la embajada estadounidense en Japón. Allí debía dejar su pasaporte y conseguir un nuevo visado para volver a EEUU (Italo es brasileño) y competir 9 días después en una prueba de World Surf League (el Mundial).
Al fin una buena noticia. El oleaje en la playa de Miyazaki no era ideal y la prueba se había retrasado una hora. Ganaba un pelín de margen. Cuando Italo llegó a la playa, su serie ya había comenzado. Los 3 rivales estaban en el agua y solo quedaban 9 minutos para que finalizara.
Así. Como iba. En pantalones vaqueros cortos y con una tabla prestada por su amigo y rival Felipe Toledo, se tiró al agua, siendo el 4º en prioridad y teniendo que hacer mínimo 12 puntos (es decir, coger dos olas buenas y planchar los trucos) para pasar el corte de 1ª ronda.
Sin saber muy bien cómo, se las ingenió para tener tiempo de coger esas dos olas. Se clasificó primero y fue avanzando rondas hasta la final, donde ganó y se hizo con la clasificación a Tokio. “Todo estaba perdido, pero terminó saliendo bien”
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