Siempre han llamado mi atención las muchas frases históricas con las que se ha apoyado la Historia Oficial o la llamada Historia Patria nacional; frases en las que se ha basado parte de la enseñanza de nuestro pasado, lo más curioso es que muchos historiadores se resisten a realizar alguna crítica a su veracidad. En ese sentido, hace pocos días tuve un cordial encuentro con dos colegas, el licenciado José Antonio Oviedo Urrutia y el magíster Javier Escala Porras, quienes a la sazón están realizando un estudio sobre dichas frases, desde hace cuatro años.
En medio de una amena conversación acotaron, que esta afición a las frases del pasado no es una particularidad de nuestra historia, todo lo contrario, es una corriente común en las historias de todos los países del mundo, desde la antigüedad clásica hasta hoy. Muchos son los textos escritos sobre la materia en diversos idiomas, en español tenemos a “Frases que han hecho historia” de Carlos Fisas, o “Frases y anécdotas de hombres célebres” de José Álvarez del Castillo, y en nuestro país el divulgador Jon Aizpúrua publicó “Frases de hombres célebres”.
Como ejemplo de esas frases cuestionadas de la historia mundial, citaron tres muy usadas, las cuales, ellos aseguran, no tienen ningún respaldo. Por lo general, cuando alguna persona quiere dar imagen o sensación de tolerancia antes las ideas ajenas, espeta: Yo no estoy de acuerdo con lo que usted, pero me pelearía para que usted pudiera decirlo. Esta frase atribuida a Voltaire, pensador francés, no tiene respaldo en ninguna de sus obras escritas. Del mismo país, se le acreditó a la reina María Antonieta aquella supuesta indiferente expresión, frente al hambre del pueblo: …si no comen pan, que coman pasteles…. No hay registro escrito u oral que respalde que ella la haya dicho.
Por último, de esas frases inventadas en el acervo internacional citaron América para los americanos, atribuida a una parte del discurso al Congreso de los Estados Unidos por parte del presidente James Monroe en 1823, donde se estableció la doctrina Monroe. Invitado a leer todo el famoso documento pude comprobar la inexistencia de esta frase en ese texto. Por lo que llegamos a la conclusión de que fue una construcción o interpretación política muy posterior a la presentación de la pieza del presidente.
En lo que respecta a nuestro país, donde han centrado su investigación, afirmaron, que muchas de esas frases han servido para caracterizar a los venezolanos, por lo general, de forma peyorativa, como un pueblo reacio a cumplir leyes, con pocas actitudes para el trabajo, con gobernantes dispuestos a cualquier negociación fuera de toda ética con el fin de mantenerse en el poder.
El uso muy común de este tipo de expresiones históricas, es un extraordinario soporte para la idealización de los héroes de la independencia y forjadores de la nación.
Sin olvidar que otras de ellas se han usado para denostar y malponer a personajes históricos frente a su realidad y en la historia. Incluso, y esto es por demás llamativo, no pocas de ellas, han ido mutando en sus connotaciones originales y en la actualidad significan todo lo contrario a la intención original. Muchas se han convertido en máximas del pueblo venezolano.
Ambos historiadores ha establecido un estudio crítico de estas frases. Para tal efecto, se realiza un estudio histórico e historiográfico, esto que parece algo muy complicado, no es más que establecer la veracidad de las frases, ubicando el hecho histórico y el contexto donde supuestamente se expresaron. A lo anterior, se le suma un exhaustivo examen de todo lo que se ha escrito sobres las frases y su utilización en la enseñanza y divulgación de la historia nacional.
Ahora bien, no han sido los únicos quienes se han atrevido a revisar estas locuciones; son varios, y muy connotados historiadores, los que se han ocupado de revisarlas y, sobre todo, reafirmarlas como válidas, con muy poco sentido crítico en varios casos. De tal manera, son conscientes de estar internándose en aguas procelosas, e ir contracorriente al conocimiento general de ciertos eventos históricos y de frases representativas en el imaginario colectivo nacional. A pesar de ello, el gusto por la investigación y la indagación del pasado, o el morboso placer de conseguir certidumbres que desnudan las falacias de la Historia Patria es mayor que cualquier enfrentamiento con fanáticos de la historia romántica.
Algunas frases célebres
“Ana karina rote”
Esta expresión atribuida a los indígenas Caribes de la Orinoquia, a principios del siglo pasado. Tomada como un grito nacionalista y en la actualidad, desde hace unos treinta años, como expresión de una raza indómita que se enfrentó al colonizador con dignidad de pueblo libre. Sin embargo, la evidencia histórica es mucho menos gloriosa, más cercana a hechos y circunstancias reales, propias del periodo de colonización y depredación propias de los siglos XVI y XVII de esa región de Venezuela.
Hasta donde han determinado, la expresión Ana karina rote significa: nosotros solamente somos gente, y el resto ¿no?, pues, no. A las recurrentes acciones depredadoras realizadas por los Caribes contra otras etnias vecinas, se fue sumando la costumbre de “cazar” a otros indígenas de la Orinoquía para cambiarlos, como esclavos, con los holandeses y portugueses. En la obra del sacerdote José Gumilla “El Orinoco ilustrado y defendido”, del siglo XVIII, se puede entender una convicción de superioridad de los Caribes sobre los demás pueblos, cuando completaban la ya famosa frase con el siguiente estribillo: Amucon paparopo itoto nanto, cuyo significado es: todas las demás gentes son esclavos nuestros.
En todo caso, la actividad de esclavizar y comerciar con los holandeses, portugueses y británicos está registrada en textos por todos los religiosos, misioneros y escritores que documentaron la conquista territorial y espiritual de todos esos territorios, y ratificada por investigadores contemporáneos como el s.j. José del Rey Fajardo con su amplio y profundo estudio de la zona. Con una salvedad final, como pueblo ágrafo, los Caribes no dejaron registros escritos, lo que conocemos de ellos es por obra escrita de misioneros, conquistadores e investigadores no indígenas.
“Si se opone la naturaleza, lucharemos contra ella y haremos que nos obedezca”
Supuesta frase emitida por Simón Bolívar luego del devastador terremoto ocurrido el 26 de marzo de 1812 en la ciudad de Caracas. Conscientes del significado de la expresión para la historia de Venezuela, se han incrementado los cuestionamientos realizados por varios investigadores históricos. Una de las más importantes dudas ha sido el origen cierto de ella.
Estos investigadores basan su cuestionamiento en la única fuente de la oración, la cual, es un libro de su acérrimo enemigo, el médico e intelectual venezolano José Domingo Díaz quien publicó en 1829 “Recuerdo sobre la rebelión de Caracas”.
Todo hace pensar, que la animadversión entre ambos empujó al médico a incluir el apotegma, donde hace ver al Libertador como un impío antirreligioso y fanático, nunca como el hombre sobrepuesto a la tragedia y la adversidad; basta con leer un extracto donde se refiere a él: …encontré a Don Simón de Bolívar que en mangas de camisa trepaba por ellas para hacer el mismo examen. En su semblante estaba pintado el sumo terror, o la suma desesperación. Me vio y me dirigió estas impías y extravagantes palabras… Sin ser un experto en semiótica, la imagen que expone ahí es la de un hombre aterrorizado y fuera de sí, sin control de su persona y pensamientos.
Han buscado en fuentes históricas y registros contemporáneos, pero no han encontrado nada sobre ese evento. El hecho más cercano relacionado con esto, ha sido el texto de Francisco Javier Yanes, historiador contemporáneo de Bolívar y testigo del terremoto, quien afirmó en su libro “Relación documentada de los principales sucesos ocurridos en Venezuela: desde que se declaró estado independiente hasta el año de 1821, Volumen 1”, haber visto a Bolívar denunciando al párroco de San Jacinto, en un gabinete de emergencia colocado al lado de la Catedral, pues, estaba achacándole la culpa del sismo a los caraqueños por haber declarado la independencia.
“Bochinche, bochinche, esta gente solo sabe hacer bochinche”
Esta frase puede ser estudiada desde tres perspectivas distintas, pero, complementarias en sí misma. Lo primero que hicieron los investigadores inicialmente citados, como hacen con todas, fue establecer el momento histórico cuando se supone que ocurrió el hecho y se “dijo”.
En la madrugada del 31 de julio de 1812, Miranda se encontraba en La Guaira para abordar un barco y salir del territorio luego de la capitulación firmada por él y el jefe realista Monteverde, el 25 del mismo mes, daba, así, por terminada la llamada “Primera República”. Entre la oscuridad de la noche, el Generalísimo fue despertado por un grupo de hasta doce republicanos, hecho preso y puesto en las manos de las autoridades realistas, por traidor.
En medio de ese grupo, al levantar la linterna que sostenía su secretario Carlos Soublette para ver sus rostros, estaban: Miguel Peña, Manuel María de las Casas, Simón Bolívar, Tomás Chatillon, Tomás Montilla, y otros siete conjurados más. Como se puede observar no fue Bolívar quien entregó a Miranda, como sostienen muchos historiadores, él fue parte del grupo que lo hizo (en ningún momento le quitan responsabilidad a su participación).
Algunos investigadores han señalado la vehemencia del Libertador en fusilar a Miranda por traidor, poniéndolo como centro de la conspiración, de la cual no pareció ser su líder.
En cuanto a la frase la conseguimos su primera mención en la biografía realizada por el historiador colombiano y residenciado en el país, Ricardo Becerra, “Vida de Don Francisco De Miranda” dos volúmenes, publicada por primera vez en 1896, más de ochenta años después del hecho, sin ningún otro vestigio o antecedente de ella. El autor argumentaba con respecto a la frase que se la había transmitido Carlos Soublette, secretario de Miranda y suegro del autor. Llama la atención que, en las obras completas y correspondencia del General Soublette, impresas por la Academia Nacional de Historia, nunca aparece mencionada esa oración.
Por último, pero no menos importante, la mayoría de los críticos han querido representar en frase a toda la sociedad venezolana (la de antes y la de hoy): que se ha querido convertir en una execración sobre el pueblo venezolano, achacándole su falta de orden y capacidad para llegar a metas relevantes, su incapacidad general de poder lograr una organización social relevante y por el permanente desorden nacional.
“Mi General vengo a decirle adiós porque estoy muerto”
Alude a la despedida entre Pedro Camejo (alias Negro Primero) y José Antonio Páez, en plena batalla de Carabobo (24/6/1821), cuando el primero de ellos herido de muerte pronuncia esas palabras frente a su superior y amigo. Esta conocidísima frase de la historia nacional la conseguimos por primera vez en el célebre libro de Historia Patria: “Venezuela Heroica” de Eduardo Blanco en su primera edición de 1881.
No han encontrado referencias anteriores, y esto me lo han aclarado muchas veces, por lo que dudan de su veracidad. Javier Escala asegura que la mayoría de la vida y acciones militares del prócer de la independencia han sido extraídas de su autobiografía. Allí no se consigue alusión alguna a ese hecho tan particular y emotivo para cualquiera, máxime, cuando el propio Páez recuerda la vez que presentó a Pedro Camejo a Bolívar y la broma pesada que le jugó al negro, al recordarle su pasado realista al Libertador. Todo ha llevado a establecer que oración es una invención de Eduardo Blanco, para construir su visión heroica y epopéyica del famoso soldado.
“Que se me quemen las dos manos, si para mi propio peculio, he tocado las Arcas del Tesoro Nacional”
Ahora damos un salto hasta el siglo pasado para presentar una de las frases más difundidas del expresidente Rómulo Betancourt. A raíz del intento de magnicidio, ejecutado el 24 de junio de 1960, en contra del presidente, donde resultó con laceraciones graves en el rostro, pérdida parcial de la audición y quemaduras de segundo y tercer grado en ambas manos, se inició un rumor: había pronunciado, con anterioridad, ese apotegma en su contra y fue cumplido por castigo divino.
Los historiadores citados, han realizado una búsqueda hemerográfica en casi todos los diarios y periódicos del país, desde el inicio de su mandato hasta el día anterior al atentado y no ha sido posible conseguir la referida frase. Muchos sostenían haberla escuchado y otros hasta llegaron a precisar que fue pronunciada en el discurso de ejecútese de la Reforma Agraria, el 5 de marzo de ese año, lo cual es falso. En todo caso, la frase se ha utilizado y se utiliza para denostar de la probidad política del expresidente y de todos los dirigentes políticos y sociales de esos años. Acusaciones que en la gran mayoría de los casos son infundadas.
Lamentablemente se quedan por fuera muchas de las más famosas frases a las que estos señores cuestionan su veracidad como: “Somos un país de cómplices”, “…el mundo es de los justos”, “la constitución sirve para todo”, etc. Y otras de los siglos XVII, XVIII, XIX, XX y XXI. Frases que espero ansioso para que ellos puedan convertir su estudio en un texto de consulta y de aclaratoria histórica lo más pronto posible.
Maykel Navas es historiador. El texto es originalmente publicado en Politikaucab
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