La tarde de este viernes 26 de mayo, se conoció que el régimen de Daniel Ortega canceló las cuentas bancarias de las Diócesis y parroquias del país. Quienes ahora se les dificultará sufragar gastos básicos de los templos como agua, luz, telefonía, y el funcionamiento administrativo de organizaciones no gubernamentales, colegios, medios de comunicación, entre otros, propiedad de la iglesia católica.
La iglesia católica acusada de “lavado de dinero”
Luego de ser congeladas las cuentas bancarias de la Arquidiócesis de Managua y las Diócesis de Matagalpa y Estelí, la iglesia católica de Nicaragua está siendo acusada por supuesto “lavado de dinero”.
De acuerdo con un comunicado emitido por la Policía Sandinista este sábado, supuestamente se detectó “actividad ilícita en el manejo de fondos y recursos en cuentas bancarias que habían pertenecido a personas condenadas por traición a la patria”.
La institución represora aseguró haber encontrado “centenares de millones de dólares escondidos en bolsas ubicadas en las instalaciones pertenecientes a Diócesis del país”, pese a afirmar que los “actos ilícitos” provenían de personas vinculadas a la iglesia católica.
Un incongruente reporte policial
Según el incongruente reporte policial, la Fiscalía Sandinista, la Superintendencia de Bancos y la Unidad de Análisis Financiero, detectaron anomalías como la sustracción de dinero de cuentas bancarias que ya habían sido congeladas por órdenes del régimen, “como parte de una red de lavado de dinero que se ha descubierto en Diócesis de distintos departamentos”.
“La Superintendencia de Bancos ha solicitado a la Conferencia Episcopal de Nicaragua y al Jefe de la Iglesia Nicaragüense, Su Eminencia el Cardenal Leopoldo Brenes, la presentación de los Documentos que muestren los movimientos de las cuentas bancarias de las Diócesis, de manera que se cumpla en todo momento con las Leyes del País, evitando los actos ilícitos que se han venido cometiendo”, detalla el comunicado.
Este nuevo golpe perpetrado por el régimen de Daniel Ortega en contra de la institución eclesiástica viene desde 2018, cuando la iglesia católica denunció los crímenes de las violaciones a los derechos humanos ejecutado por los Ortega Murillo y sus huestes represoras.
La dictadura sandinista ha arreciado sus ataques en contra del clero católico, criminalizando la fe de los creyentes, persiguiendo, amenazando, encarcelando y expatriando a quienes se opongan y sean un estorbo para su gobierno.
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