Caracas, 15 de noviembre de 2021. El Gobierno cubano logró este lunes sofocar casi por completo las protestas promovidas por la disidencia con un fuerte dispositivo policial en las principales ciudades.
También se produjeron mítines de repudio, detenciones de opositores y bloqueos en las casas de activistas y periodistas independientes.
Las calles de la capital cubana estuvieron calmadas a la hora en la que se suponía que debía comenzar la marcha cívica en busca de un cambio político que convocó el colectivo Archipiélago y no autorizó el Gobierno.
La agencia EFE, que vio como retiraban las acreditaciones a varios de sus periodistas, reseñó que la presencia policial en las calles del centro capitalino era mayor de la habitual y en parques y esquinas vigilaban apostados agentes de la seguridad del Estado vestidos de civil.
El canciller cubano, Bruno Rodríguez, habló en una transmisión por Facebook de “operación fallida” de Estados Unidos para vender una “imagen irreal” de su país.
El director de Human Rights Watch para las Américas, José Miguel Vivanco, esbozó una imagen muy distinta de lo sucedido en Cuba:”el régimen ha desplegado las fuerzas de seguridad de forma masiva. Muchos periodistas y críticos están sitiados en sus casas. Algunos han sido detenidos. La intención es clara: suprimir cualquier intento de protesta”, afirmó en Twitter.
Una joven de Holguín aseguró a Efe que “aquí las calles están llenas de policía y no puede haber nadie de blanco porque enseguida se lo llevan para interrogarlo”.
Además, muchos edificios oficiales amanecieron cubiertos de grandes banderas cubanas y funcionarios de varios ministerios celebraron junto a sus oficinas actos de reafirmación.
El Consejo para la Transición Democrática en Cuba (CTDC) denunció la detención de su vicepresidente, Manuel Cuesta Morúa. En redes se denunció asimismo el arresto de la líder de las Damas de Blanco, Berta Soler, y su marido, Ángel Moya.
Agentes de la seguridad del Estado impidieron a otros salir de sus casas, como es el caso de los periodistas Abraham Jiménez Enoa y Camila Acosta.
Además, grupos afines al Gobierno cubano han realizado “mítines de repudio”, una especie de escraches intimidatorios, frente a domicilios de activistas, como la miembro del colectivo Archipiélago Saily González.
Una joven de La Habana aseguró a Efe que hace unos días le interrogaron y la advirtieron que manifestarse tendría consecuencias. “Yo firmé un papel diciendo que no iba a participar y que mantendría buen comportamiento. Igual no es por esto, es porque no quiero ir presa”, explicó.



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