(Opinión) Presidenciales libres. Por Américo De Grazia

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Caracas, 25 de enero de 2022
“No es que yo sea muy inteligente, sino que dedico más tiempo a resolver los problemas”. Albert Einstein.
@AmericoDeGrazia

Un deseo común y universal de los venezolanos de buena voluntad -que somos la mayoría, donde quiera que nos encontremos- ¡Es salir de Maduro!

Obviamente, nos acompaña el propósito y la identidad cultural de pueblo pacífico y solidario, de hacerlo de forma pacífica, por la vía democrática, lo que implica que, constitucionalmente, es de forma electoral. Mucho se ha hablado de elecciones presidenciales en un contexto con condiciones, en torno a un proceso libre, transparente y confiable. Pero pocos señalan el cómo. Sospecho que ahí radica la diferencia; máximo si auscultamos la naturaleza criminal del régimen.

Resulta pertinente entonces, conocer al adversario y vital, conocernos a nosotros mismos. Maduro sabe utilizar las fortalezas y debilidades, de cada una, de las formas de oposición venezolana y ponerlas a jugar a su favor, como si estuviera en un torneo de judo. Nuestros distintos componentes opositores, tienen cinco características en común: 1.- Carecen de iniciativa; 2.- Delegan en terceros la solución del conflicto; 3.- Excluyen a la ciudadanía de participación; 4.- No tienen en la agenda los problemas que afectan a los venezolanos; y 5.- Están más distraídos en cómo descalifican a sus homólogos, que en desplazar a Maduro.
Si esta ecuación no cambia, dudo que podamos tener los resultados deseados.

Este año 2022 es significativamente relevante para lograr las presidenciales libres. Solemos decir que las oportunidades las pintan calvas; de ahí, la propuesta del revocatorio, dado que vence la mitad de su “período”. Hagamos entonces, la diligencia para tal propósito, haciendo uso del instrumento constitucional que tenemos a mano, de forma pacífica, democrática y electoral. Abonemos el camino y acordemos con los “terceros”, con esos “otros”, a los que exigimos un “S.O.S” por nuestra nación, el pertinente acompañamiento, con todas sus variables. Cada quien jugando el rol que le corresponde, sin renunciar al protagonismo esencial como país y como población; por aquello de, “el amo del muerto es quien lo llora y los demás son cafeceros”.

El revocatorio nos permite unir, movilizar y organizar a los venezolanos en torno a una propuesta, donde el protagonismo es el ciudadano, origen y fin último, que constituye anatómica y funcionalmente a la nación. ¿Difícil? si, obviamente; toda tarea, para salir de Maduro y su organización criminal, lo es. ¿Eso es reconocerlo? No, eso es aceptar una realidad fáctica, no deseada, pero existente, que estamos obligados abordar y actuar en consonancia con una solución viable. ¿Con ese CNE? Con el mismo que ganamos en Barinas, por paliza. ¿No van a permitir que se materialice el revocatorio? Es probable; por eso debemos explorar planes alternos, que nos permitan tener la iniciativa política, al proyectar posibles eventos con sus salidas contundentes y oportunas, al “caminar y mascar chicle, al mismo tiempo”. Es así como surge la idea de las primarias presidenciales entre opositores, sin CNE, sin excluidos, sin inhabilitados, sin vetados y con la participación electoral de todos los venezolanos mayores de 18 años, residentes dentro o fuera del país. ¿Con inhabilitados? Sí, eso nos permite desafiar al régimen e incluir a todos los actores políticos. No le hagamos el trabajo a Maduro; respondamos como Barinas. Nadie estará exento de inhabilitación de última hora. Eso nos permitirá una fórmula de entendimiento entre nosotros, con carácter unitario, conducido por un liderazgo legitimado con el voto universal, directo y secreto; oportunidad para constituir un nuevo centro de dirección política, con legitimidad de origen ante propios y extraños. Si Maduro carece de legitimidad de origen y ejercicio, resolvamos nosotros desde ya, la parte que nos corresponde. “Vemos la paja en el ojo ajeno, sin percatarnos de la cabilla, en nuestro propio ojo”.

¿Puede haber propuestas distintas? Bienvenidas, nos gustaría conocerlas para agregarlas al debate; de eso se trata. La solución solo depende de nosotros, los ciudadanos.

*Punto de Corte no se hace responsable de las opiniones expresadas por sus autores, quedando entendido que son responsabilidad de sus autores

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