Elecciones, Opinión

Nicmer Evans | Lo que deja claro y viene con Edmundo González

La Política no es técnica, es arte. Hacer un análisis político exclusivamente desde la norma electoral es pretender adornar infantilmente de "científica" a la política.

El resultado de ayer dentro de la Plataforma Unitaria Democrática y sus aliados, para la designación por consenso de Edmundo González Urrutia como candidato formal (ya no tapa) para la elección presidencial del #28J, me trae varias reflexiones que deseo compartir:

La Política no es técnica, es arte. Hacer un análisis político exclusivamente desde la norma electoral es pretender adornar infantilmente de “científica” a la política. Lo técnico es posterior a la política, no lo contrario. Urrutia pasó de ser un candidato “tapa” a un candidato definitivo por una decisión ubicada más en la psicología política, bajo un contexto de sistema electoral opresivo, y ahora sigue enfrentando retos que no hacen que exista certidumbre pero si confianza política de una decisión tomada.
En política los errores se pagan. Un actor político que pretende jugar “al vivo”, estando bien con Dios y el diablo, justificando su beneficio electoral por ser inevitable, en una circunstancia política como la venezolana, no es una postura que goza hoy del apoyo popular, porque la gente más que cambio, lo que desea es la transformación del sistema, sin violencia, y la transformación no se garantiza con medias tintas. Esto no deja de lado la prudencia pero también convoca a la templanza.

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El rol de las mujeres en política en Venezuela, no solo se revaloriza sino que demuestra que no es un tema de género, sino de demostración de facultades para la política. Hoy son varias las mujeres que han asumido el rol activo y realista de resolver los dilemas de la oposición, y con estrategias han logrado destrabar hasta ahora todos los obstáculos que parecían insolventables. Han sido los hombres (no todos) los que han tenido mayor dificultad para la resolución de los problemas. Insisto, no es un problema de género sino de caracterización de un momento.
La escogencia por consenso de PUD-Vente de un candidato unitario, pone ahora la pelota del lado de la cancha de sectores opositores no PUD, y del chavimadurismo que van con más de un candidato entre los 13 inscritos. Esto implica que el chavimadurismo definirá nuevas tácticas, poniendo incluso en cuestionamiento la capacidad de su candidato, mientras que la oposición no PUD entra en la etapa de definir si avanzan como si estuviésemos en una democracia, para contarse pensando en curules para las elecciones del 2025 o si piensan en la transformación que demanda la mayoría para este año.

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La definición de estrategia de campaña en torno a Edmundo no dejará de ser compleja. Seguirán poniendo obstáculos “técnicos” a los que se le deberá responder políticamente. Por otra parte, la transferencia de votos de MCM hacia Edmundo se puede dar, pero ahora dependerá mucho de la sincera unidad que se genere entre los partidos de la PUD-Vente y aliados y de la capacidad que tenga el candidato de transmitir confianza para una transición que lleve a la transformación que se quiere.

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