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Opinión| ¡Es la unión, estúpido! Por Nicmer Evans

Nicmer Evans

Caracas, 01 de agosto de 2021.

Era 1992, y no estaba fácil ganarle a George Bush electoralmente. Bill Clinton tenía que convencer al electorado que el fin de la Guerra Fría, y la “victoria” en la Guerra del Golfo Pérsico no era suficiente, porque la vida cotidiana y las necesidades más inmediatas de los estadounidenses no estaban satisfechas, ya que esa épica guerrerista al final no resolvía la realidad de la pobreza, la marginación y la exclusión de un sistema violento que desarrollaba en su máxima expresión el sueño del neoliberalismo de Milton Friedman, dejando de lado la visión más realista de Walter Lippmann sobre la vinculación de la justicia establecida por el Estado para garantizar el libre mercado y la dignidad del trabajador, más allá de “la mano invisible”.

Por esos días James Carville, el estratega de la campaña electoral de Bill Clinton, intentaba enfocarse en como conectar el sentido de la campaña con lo que la gente estaba sintiendo y viviendo, y en sus notas de pared, deseoso que la inspiración condujera el destino de la campaña colocó tres cosas para recordarlas:

  1. Cambio vs. más de lo mismo.
  2. La economía, estúpido.
  3. No olvidar el sistema de salud.

Con la ingenua fuerza de una frase que debía recordarle la rabia que podía producir lo evidente, que no era una guerra fría o una con mucha sangre caliente por medio, era al final la realidad la que movía a la gente, y para ese momento era la economía lo que los estúpidos guerreristas no terminaban de ver.

Ese slogan no oficial de la campaña de Clinton hizo que ganara ante la épica guerrerista y neoliberal de Bush padre.

Hoy deseo recordar este episodio de la historia estadounidense para hacer que “vuelvan caras” todos aquellos que tenemos alguna responsabilidad de conducción política en el país.

Ayer en la Plataforma Comunicacional Punto de Corte publicaron un comunicado de una ONG del estado Bolívar y otra de Mérida exigiendo a un conjunto de líderes políticos y de la sociedad civil conformar una “Dirección Política Unionista”.

Debo confesar que al ver mi nombre mencionado en esa lista, sentí una gran responsabilidad de responder de inmediato y ponerme a la orden ante esa convocatoria, y al consultar a mi organización Movimiento Democracia e Inclusión (MDI) la decisión fue escribir para alentar a este llamado, aunque advirtiendo que por la diversidad de los mencionados, el reto central será superar esas diferencias y elevarse más allá de las miserias humanas.

Hoy el verdadero adversario de la oposición venezolana no es la represión, la cárcel, el exilio, el incremento brutal de la pobreza y la desigualdad, el verdadero enemigo opositor es la falta de unión de todos los factores en puntos estratégicos de acción para construir una nueva democracia y romper la kakistocracia imperante en el poder.

Sí, ¡Es la unión, estúpido! Es un llamado a todos, incluyéndome, a un ¡Vuelvan Caras! En el mero punto de la retirada de algunos para retornar a la ilusión del pueblo venezolano de volver a ver una oposición que hoy es mucho más grande que en el 2015, articulada y con una conducción política unida, en torno a las elecciones del 21 de noviembre, al referendo revocatorio, y ante todas las adversidades que se presenten para lograr vencer a la dictadura y transitar a una verdadera democracia que de esperanzas de vivir dignamente, con nuestros hijos y familia de vuelta a luchar por la reconstrucción nacional, con reconciliación pero sin impunidad.

Sí, ¡es la unión, estúpido!

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