Américo De Grazia | La estafa de Maduro

Américo De Grazia

Caracas.- Maduro continúa el guion de su comandante al profundizar la estafa empobrecedora de los trabajadores venezolanos. No importa a qué rango o modalidad laboral pertenezcan estos obreros o empleados, que sean públicos o privados, empresarios o asalariados, técnicos o profesionales. No importa que sean estudiantes o intelectuales, activos o jubilados, mujeres u hombres. Indígenas o criollos. Se trata de atender su interés superior, la usurpación del poder y favorecer de modo sistemático a su entorno convertido en casta privilegiada.

“ La pobreza no genera cambios, al contrario, genera hambre y sometimiento”. Arturo Peraza – UCAB Guayana.

En las últimas dos décadas los protagonistas del cambio han tenido diversos actores, políticos y sociedad civil concentrados en la coordinadora, luego el ímpetu de los universitarios, estos le allanaron el camino a los partidos y la MUD; esta devino en Asamblea Nacional y gobierno interino; pero en medio de la incertidumbre, del errático camino abstencionista, fracasado y derrotado; surge de las cenizas el movimiento de trabajadores acorralados por la necesidad y el despojo al que han sido sometidos. Aparecieron en gigantescas manifestaciones populares a lo largo y ancho del país en nombre de los estafados por la ONAPRE de Maduro, el memorándum 2792, la criminalización de protestas, las judicializaciones de los reclamos, las amenazas, la persecución laboral y la represión. Aparecieron y el país los miró expectante, pero terminó aplaudiendo su victoria.

Américo De Grazia | La estafa de Maduro

Hay motivos para ser optimistas, la victoria del gremio docente que le arrancó al bolsillo de Maduro un derecho confiscado exigiendo la cancelación del 100% del Bono Vacacional, debemos verlo como signo de legitimidad en el reclamo. Alegres si, satisfechos no. Falta un largo trecho por recorrer.

Este no es el momento de amainar, los cambios a lo largo de la historia de la humanidad siempre se producen en medio de callejones sin salidas. Superar la pobreza, el hambre y la exclusión es un tema extremadamente grueso para dejarlo al azar. Este músculo social que hoy está en la calle, que viste de ciudadano y no disfrazado de partido es una noble tarea que trasciende a lo ideológico, grupal o caudillezco. Esto no se parece a los partidos, es diferente a los escenarios electoralistas, no guarda relación con eventos efeméricos, no cuenta con la chequera oportunista del cazarentismo showsero, pero sí, con la autenticidad de los zapatos rotos, del estómago vacío y el sueño de quién al no tener quien lo mesa, comprendió que debe hacerlo solo junto a sus homólogos en necesidad. Los tiempos de cambios tiene extrañas formas de anunciarse. Uno de sus signos más relevantes es no tener miedo. El miedo paraliza.

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