Sao Paulo, 05 de abril de 2018.- El juez federal Sergio Moro emitió el jueves una orden de arresto contra Luiz Inácio Lula da Silva, horas después de que el Supremo Tribunal Federal denegó una solicitud del expresidente de Brasil para no ir a la cárcel mientras apela una sentencia de culpabilidad por corrupción.
Moro le dio a Lula un plazo de 24 horas para que se presente ante la policía federal en la ciudad sureña de Curitiba.
El año pasado, Moro declaró culpable a Lula de hacer favores a una compañía constructora a cambio de la promesa de un apartamento en la playa. Un tribunal de apelaciones refrendó dicha declaración de culpabilidad en enero. Reseña el Nuevo Herald.
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Ordenan la detención inmediata de Lula da Silva https://t.co/CzQfsAJKZ3 pic.twitter.com/QoIe38v0Bq— RT Última Hora (@RTultimahora) April 5, 2018
La otra cara de la moneda
El País de España señala a través de una nota, que la inminente entrada en la cárcel de Lula saca de la carrera electoral al candidato que encabezaba holgadamente todas las encuestas, con una intención de voto de alrededor del 35%. Ahí están incluidos los grandes feudos del Nordeste, la región más pobre del país, donde el apoyo a Lula alcanza en algunas zonas proporciones de casi el 70%. Todos los especialistas señalan que otro candidato del PT, con el apoyo de Lula, incluso desde la cárcel, podría retener una parte de ese voto, aunque de ninguna manera su totalidad. Eso abriría un hueco a ser explotado por cualquiera y no necesariamente desde el campo de la izquierda.
El PT siempre ha negado que tuviese un plan B para relevar a Lula. Pero en privado dirigentes del partido manejan desde hace tiempo dos nombres, el exalcalde de São Paulo Fernando Haddad y el exgobernador de Bahía Jaques Wagner, este último con mayores posibilidades de retener los feudos del Noroeste. Más difícil, aunque no imposible, sería adherirse a otra candidatura en la izquierda, como la de Ciro Gomes, exministro de Lula y líder del Partido Democrático Laborista.
Sin Lula, cobra fuerza el fantasma del ultraderechista Jair Bolsonaro, que, con cerca de un 20%, pasaría a liderar las encuestas. No son pocos los analistas que opinan que el exmiltar Bolsonaro, aunque cuenta con una base firme, tiene pocas posibilidades de crecer. Pero en la sensación de caos que por momentos se apodera del país se mueve como nadie. Y cuenta con grandes apoyos en el Ejército, que en las últimas semanas ha dejado claro su interés por convertirse en un actor claramente político.
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