(Caracas, 26 de octubre de 2017).- Cara de sorpresa y estómagos vacios, han tenido los venezolanos al encontrarse en los mercados con el sorpresivo aumento del precio de la carne, el cual varía entre 75.000 y 80.000 bolívares el Kg.
Mientras tanto la Superintendencia Nacional para la Defensa de los Derechos socioeconómicos (Sundde) fiscalizó a 33 mataderos y distribuidores de carne en los estados Miranda y Yaracuy, así como la venta de las proteínas animales en Monagas, Bolívar y Nueva Esparta. Prensa Sundee.
El ente público informó, a través de su página web, que se fiscalizaron 20 mataderos industriales en el estado Miranda, en donde ajustaron los precios de 2.580 kilogramos de carne, así como fueron supervisadas 13 distribuidoras de productos cárnicos en el estado Yaracuy. Como resultado también fueron cerradas varias carnicerías.
Llama la atención que la Sundde, habla de la venta supervisada de carne y pollo a precio referencial; sin embargo, no aclara cual es el monto que quedará establecido para dicho rubro.
Más allá de la regulación, se genera el temor de un desabastecimiento prolongado de las proteínas, tal y como ha ocurrido en reiteradas ocasiones con el resto de los productos que se han fiscalizado y han bajado sus precios de forma obligada, pero por cortos períodos de tiempo.
Por su parte, el presidente de la Federación Nacional de Ganaderos (Fedenaga), Carlos Odoardo Albornoz, desmintió que el precio del kilo de carne haya sido regulado a Bs. 22 mil. “Eso no es cierto y el viernes habrá una reunión con representantes del Ministerio de Agricultura y la Sundee”.
En una entrevista a Anna Vacarella en el espacio En sintonía en Unión Radio, Albornoz pidió responsabilidad en este tema y calma a los funcionarios que están tomando medidas aisladas y absurdas. “Nosotros estamos dispuestos siempre a ceder. Hemos llevado un peso enorme sobre nuestros hombros y sin duda esto obedece a una situación económica en el país que ningún área del sector por sí misma puede resolver”.
Consideró que no es posible establecer un precio rígido para la carne, debido a que la inflación se lo comerá. “Por eso propusimos las bandas”.
“Lo que está pasando es que los ganaderos cobramos muy poco por la carne y lamentablemente los consumidores no tienen como pagarla, en fin hay una distorsión gigantesca en una economía enferma”, añadió. Reseña El Universal.
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