Reportaje Especial | ¿Estuvo Maduro en la inauguración de la Serie del Caribe?

Maduro en la serie del Caribe

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Nicolás Maduro Moros, presidente de Venezuela evita la presencia en escenarios públicos y actos de masas, después de un atentado con drones en el 2018.

El atentado de Caracas de 2018, también llamado por diversos medios atentado contra Nicolás Maduro, denominado por los organismos de seguridad como Operación Yunque-Martillo y llamado por opositores a Maduro como Operación Fénix,​ tuvo lugar el sábado 4 de agosto de 2018, durante un acto por la conmemoración de los 81 años de la creación de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB), cuando un par de drones suicidas explotaron a escasos metros de Nicolás Maduro mientras daba un discurso en la Avenida Bolívar en Caracas.​ (Así se refleja en wikipedia)

Pero ya desde antes, la presencia de Maduro en actos públicos gozaba del desprecio de ciudadanos que le lanzaban huevos y otras cosas, por lo que en términos de seguridad e imagen era complejo mantener el ritmo que tenía su antecesor y mentor Húgo Chávez, que si disponía de una muy alta popularidad.

La elección de 2018 fue el clímax de su ilegitimidad, y las sistemáticas violaciones a los Derecho Humanos, señalamientos de delitos de lesa humanidad, procesos en la Corte Penal Internacional, la solicitud de captura por 15 millones del gobierno de los Estados Unidos, y el desprecio generalizado de la población según encuestas de los últimos años, hacen de alto riesgo su exposición pública.

Para el autócrata Maduro

Pero un autócrata siempre necesitará mostrarse popular y apoyado, y Maduro no es la excepción. Es un problema de ego de los poderosos, un problema de autoestima.

Generalmente para este tipo de cosas está preparado todo un laboratorio de expertos en imágenes que elaboran los escenarios necesarios para satisfacer la necesidad del autócrata.

En un evento tan importante como lo es la Serie del Caribe, cualquier ausencia de Maduro sería muy sospechosa, pero su presencia también sería muy peligrosa, por lo que preparar el escenario es complejo.

Son 38 mil personal de capacidad en el nuevo estadio de beisbol de La Rinconada, lo que implicaba garantizar que más de la mitad de los asistentes fuesen adeptos a la autocracia, colocados en los alrededores del palco presidencial, y los no controlables, debían quedar en la periferia para evitar que algún grito o consigna se escuchara en la cercanía del tirano. Todo debía parecer natural.

Así lo vieron algunos

Distribuir las entradas y simular que hubo algún número de boletos vendidos no sería tan complicado. Pero lo complejo si sería bajar a Maduro a lanzar la primera bola, por lo que tendrían que hacerlo antes y sin público, esto sin duda, se vio muy mal.

Algunos se atrevieron a especular que el que quedó en el estadio era un doble, otros le atribuyeron al canal del Estado un montaje de video para simular que estuvo todo el juego.

La verdad es que Maduro no se atrevió a lanzar la primera bola en pleno acto inaugural, ningún canal que transmitió el juego mostró las imágenes de la presencia del presidente Maduro durante el acto y el juego inaugural, no hubo una transmisión especial, no hubo algún contacto con “el pueblo” y por su puesto, nadie lo vio celebrar. Solo una cámara, una imagen, un video de un instante.

Así es la millonaria y miserable vida de un autócrata.

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