Caracas, 18 de octubre de 2021. Los bonos de la Patria son uno de los “beneficios sociales” que ofrece la administración de Nicolás Maduro a la población, en medio de la crisis económica que atraviesa el país.
Estos bonos son pagados a los ciudadanos que están inscritos en el Sistema Patria. Su pago es mensual, y el monto de cada uno de ellos no supera los 3 dólares.
Según en Banco Central de Venezuela (BCV) entre enero y septiembre, el país registró una inflación acumulada de 531,25 %. A esto hay que sumarle los 46 meses en hiperinflación que alcanzó la nación este mes de octubre.
Ante todo ese escenario, surgen varias interrogantes ¿Qué efecto tienen estos beneficios sociales en la economía del país? ¿En qué pueden ayudar estos bonos a los ciudadanos?
El economista Aarón Olmos, explicó que la administración de Nicolás Maduro admite a través de esta “ayuda social” la pulverización del salario.
“Estos bonos se conocen como gastos de transferencias, y son decretados por el Ejecutivo Nacional, y originalmente forman parte de una ayuda social para determinados grupos de personas, porque el Ejecutivo es consciente de que su ingreso real es insuficiente (…) Entonces la idea es que ese gasto social que es un dinero que no regresa, se oriente en corto plazo para cubrir los requerimientos del hogar, porque en teoría se está haciendo política económica para que “el salario real pueda adquirir en cierta forma bien y servicios”, explicó Olmos.
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En cuanto al efecto de estos bonos en la economía del país, Olmos señaló que dicho gasto social aumenta la liquidez, los precios, y “pervierte lo que es el gasto de transferencia”.
“Cada vez que tú ves que se incrementa el gasto público, el gasto social o las transferencias, evidentemente aumenta la liquidez, y aumentan los precios (…) ¿Qué se debería hacer en este caso? El Ejecutivo debería aplicar una política económica para contener la inflación, pero en Venezuela tenemos hiperinflación, y esa hiperinflación es multifactorial, con pérdida del valor del bolívar, ausencia de producción, y una mayor cantidad de bolívares que no compran nada en el mercado”, detalló.
“Si esto lo vemos de manera aislada, una ayuda social que se mantiene mucho tiempo, distorsiona la generación de ingresos del hogar, acostumbra a las personas a esperar eso, que dejó de ser una ayuda social y se convirtió en un incentivo, o una herramienta de control social (…) Al final de cuentas, esta política ha pervertido lo que es el gasto de transferencia, que en economía tiene sentido, siempre y cuando sean a corto plazo para ayudar al salario en determinado tiempo, pero aquí ya se convirtió en el algo estructural”, añadió.
Capacidad de compra
Luis Crespo, quien también es economista, se refirió a la capacidad de compra que tienen los venezolanos con el pago de estos bonos, y enfatizó que los montos no se acercan al valor que tiene la cesta alimentaria.
“Estos bonos no se acercan al valor que tiene la cesta alimentaria de los trabajadores en el país. Si analizamos en detalles el monto que paga, algunos no superan ni los 3 dólares. Esto para los jubilados, pensionados y trabajadores es un aporte que no les permite satisfacer sus necesidades (…) Es importante precisar que con estos montos, el gobierno los viene manejando dentro de la estrategia para controlar la inflación, pero sacrificando al eslabón más débil de la economía que a los trabajadores, sobre todo a los que reciben bolívares”, explicó.
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