En Harvard surge la esperanza de una vacuna contra el cáncer

En Harvard surge la esperanza de una vacuna contra el cáncer

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Caracas, 04 de junio de 2022. Ya hacen algunos años desde que el borde de la investigación del cáncer no está dentro del tumor: en todo lo que le rodea. “Los oncólogos lo denominan microambiente: un mundo microscópico del que aún se entiende muy poco”, escribe el articulista Nuño Domínguez, en el diario El País, de España.

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Expone que las células tumorales crecen echando nuevos vasos sanguíneos para alimentar su despliegue aberrante. “En muchos casos, alrededor del tumor se congregan bacterias que pueden estar influyendo en la enfermedad”.

Puede haber células del sistema inmune que parecen dormidas. En el entorno de los tumores más letales y difíciles de curar apenas hay linfocitos T, el tipo de célula inmunitaria capaz de localizar y aniquilar cualquier amenaza externa.

El cáncer: una capa de invisibilidad

“Es como si el cáncer llevase una capa de invisibilidad. Nueve de cada diez muertes por cáncer se deben en parte a este problema: cuando los médicos detectan la enfermedad, esta ya se ha extendido a otros órganos causando metástasis”, redacta Domínguez.

Y va al meollo del asunto: “Uno de los mayores retos de la oncología es conseguir vacunas que convoquen a muchos efectivos distintos del sistema inmune al campo de batalla del microambiente tumoral sin importar en qué órgano esté”, se lee en el texto.

La esperanza de una vacuna

Pero parece que no todo son malas noticias: un estudio ha hecho resurgir el sueño de una vacuna polivalente contra el cáncer. “Se trata de una nueva molécula identificada por el médico y experto en inmunoterapia Kai Wucherpfennig, del Instituto Dana-Farber de Cáncer, en Boston, que usa una nueva táctica para despojar a los tumores de su invisibilidad”, indica Nuño Domínguez.

El cáncer perjudica el ADN de las células y en reacción se generan dos proteínas llamadas MICA Y MICB. En condiciones normales “servirían para alertar al sistema inmune, pero el cáncer ha desarrollado la capacidad de cortarlas y diluirlas, lo que le hace invisible ante las defensas del organismo”.

Un equipo de Harvard

David Mooney es bioingeniero de la Universidad de Harvard, y su equipo diseñó una vacuna basada en la molécula identificada por su colega del Dana-Farber.

La misma “genera anticuerpos contra esas dos proteínas. Estas moléculas se unen a ellas e impiden su cortado”.

Eso quita el cobertor de invisibilidad del tumor y permite que a la localización lleguen dos tipos de células inmunitarias: linfocitos T y células asesinas naturales.

“Ambas vuelven a ser capaces de identificar las proteínas, se unen a ellas y destruyen las células tumorales donde están presentes”.

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