(Caracas, 28 de diciembre de 2017).- Este miércoles el presidente de la República Nicolás Maduro decretó el campo número 1 del Bloque Ayacucho de la Faja Petrolífera del Orinoco como base de la criptomoneda venezolana, El Petro, comprometiendo los cinco mil millones de barriles de petróleo que existen en él.
“Significa una gran riqueza material de sustento de la única criptomoneda en el mundo que va a empezar sus funciones sustentada en una riqueza comprobable, certificada y verificable”, enfatizó el Jefe de Estado.
Al respecto, en exclusiva para Punto de Corte, el internacionalista Luis Angarita advirtió que las criptomonedas no tienen respaldo en algo material, sino que se basan en la confianza que generan y, “Venezuela carece de confianza a nivel internacional”.
El gobierno trata de hacer ver el Petro como un activo real, lo cual es imposible, porque se trata de una moneda virtual que depende de un algoritmo y no de un barril de petróleo.
“La verdad es que tratan de disfrazar una nueva emisión de bonos, amparados en el petróleo” explicó el internacionalista.
Decir que la criptomoneda venezolana está respaldada por cierta cantidad de barriles es falso, pues lo que realmente intenta el presidente Maduro, es vender activos y crear nuevos instrumentos de deuda para esquivar las sanciones, por las limitaciones que tiene el país para obtener más financiamiento internacional, sentenció Angarita.
Además indicó: “Una cosa es decir que tienes un pozo petrolero y otra es tener la capacidad de extraerlo” y Venezuela actualmente no tiene capacidad productiva en ese sentido y el mundo lo sabe.
Ley del Régimen Tributario en el Desarrollo Soberano del Arco Minero del Orinoco.
Este miércoles también fue aprobada la precitada ley, conformada por 8 artículos, la cual según Luis Angarita carece de legalidad, pues la Asamblea Nacional Constituyente no tiene capacidad para legislar.
Opinó que a través de dicho instrumento, se le están otorgando mayores beneficios a las empresas trasnacionales que tienen concesiones sobre el Arco Minero, a costa de nuestra soberanía.
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