Niñez en crisis | Táchira registra aumento del trabajo infantil (+Testimonios)

Táchira

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Caracas, 20 de julio de 2021. Actualmente hay unos 25 niños y adolescentes trabajando de manera informal en las principales avenidas y semáforos de San Cristóbal, según cifras suministradas por Adriana Heredia, presidenta del Consejo de Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes en el municipio San Cristóbal del estado Táchira.

La organización no gubernamental World Vision aseguró en su más reciente informe que el trabajo infantil en Venezuela aumentó 20 % durante la pandemia.

En el país, las últimas cifras oficiales del Instituto Nacional de Estadística (INE) datan del año 2007 y reflejaban que 81.000 niñas, niños y adolescentes entre 10 y 15 años de edad estaban incorporados al trabajo.

“Últimamente hemos visto en San Cristóbal que niños y adolescentes se instalan en diferentes zonas con la finalidad de limpiar vidrios o vender golosinas y eso ha venido en aumento”, puntualizó Heredia.

“Tocó salir a buscar lo mío”

Luis, un joven de 17 años de edad que desde hace cuatro años trabaja limpiando vidrios en la ciudad de San Cristóbal,  empezó a trabajar a los 12 años de edad. Estudió hasta primer año de bachillerato y se vio obligado a ayudar a su familia: lo que sus padres ganaban “solo alcanzaba para la comidita de la casa”, dijo en exclusiva para El Diario.

Asegura que en un día “bueno” obtiene entre 30 mil y 40 mil pesos (entre 8 y 11 dólares), y con eso ayuda a su familia con los gastos del hogar. Aunque eso no compensa los riesgos a los que se expone en la calle, pero tiene claro que prefiere trabajar que “buscar lo malo”, haciendo referencia a delinquir.

A su corta edad se ha enfrentado a dificultades que un joven de 17 años no tendría por qué vivir, como acostarse sin comer o cambiar sus útiles escolares por implementos de trabajo. Antes de salir de casa se encomienda a Dios y le pide que le vaya bien.

“Nunca pensé llegar a este límite”

Adriana* tiene 17 años de edad, recién terminó el bachillerato y su sueño es cumplir la mayoría de edad para inscribirse en la Universidad Nacional Experimental de la Seguridad (UNES). Mientras tanto, vende paledonias (catalinas) y brazo gitano (postre relleno) en La Concordia, San Cristóbal (Táchira).

Nunca imaginó trabajar siendo tan joven. Antes, su mamá velaba por ella y costeaba sus gastos, pero la situación económica se tornó compleja y tuvo que salir a buscar ingresos. 

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